Hoy vengo dispuesto a hablar de una cinta mucho más anterior que de mi última crítica. Os hablo de un musical de 1954 que se disfruta se vea cuando se vea, y es que SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS es un clásico atemporal preparada para cualquier ocasión.
Las canciones son de lo más importante en el film, puesto que es un musical. Bien, las canciones aportan, no todas están metidas de relleno, y la letra es curiosa y graciosa, sacandonos una sonrisa que se mantiene a lo largo de la canción. No obstante, la música de fondo no se puede olvidar, ya que está hecha con cariño y con la magia que debe de transmitir.
El reparto está encabezado por Jane Powell y Howard Kneel, que logran transmitir con éxito el carácter y los objetivos de sus personajes. La química entre ambos funciona y no flojea y nos preocupamos por el futuro de los susodichos. El resto de personajes cumple realmente su función con escenas musicales y cómicas que hacen las delicias del espectador. Todos y cada uno de ellos evoluciona lo suficiente como su personaje lo requiere, pero el problema es que no evolucionan por completo y ahí se quedan.
El guión es ingenioso y a ratos flojea pero recupera bastante con los números musicales que éste lleva metido. Debo destacar la escena de la construcción del establo, puesto que es, sin duda alguna, la mejor de toda la película.
A pesar de esos momentos de flojera, es una película que realmente se disfruta y que no caerá jamás en el olvido.
Nota: 8/10