Denis Villeneuve nos trae la fantástica secuela de aquella cinta futurista que se estrenó en 1982 de un futuro de humanos y replicantes, Blade Runner 2049.
Os adelanto que es una clara y dignísima secuela de lo que Ridley Scott creó. Tenemos a Ryan Gosling en el mejor papel de su carrera (sí, mejor que el de Sebastian en La ciudad de las estrellas (La La Land)); Harrison Ford enorme en su vuelta a Rick Deckard, muy bien llevado; Ana de Armas es, sin lugar a dudas, lo mejor que tiene esta película; y Jared Leto se come la pantalla las pocas veces que sale (una lástima, está desaprovechado, pero enorme su actuación). El resto de reparto cumple muy bien su cometido.
La historia y el guión se cuecen a fuego lento, pero está debidamente llevado y avanza con total naturalidad. Tiene alma y vida propia. Un proyecto ambicioso que tiene como resultado ser una de las mejores películas del año. La banda sonora se compenetra con el film, haciendo una delicia para nuestros oídos.
Los efectos especiales y visuales complementan esta película futurista magistral, pues si bien es cierto, no abusa de ellos y sabe usarlos dentro de sí. Vaya que sí, un completo puntazo.
Ojo, que aquí viene lo mejor: la dirección y la fotografía. Villeneuve dirige como Dios, eso es algo que ya sabemos, pero aquí en particular cuida todo el film, no deja nada al azar. No quiere. Ni debe. Aquí cada plano, cada detalle, todo en general está cuidado. La fotografía es completamente magnífica, es la cumbre de un estupendo trabajo.
Encantador, delicioso, maravilloso y totalmente original y fresca, Blade Runner 2049 sigue la estela de su antecesora, pero creando su propia historia y elevándola a un nivel superior de brutalidad y genialidad como solo sabe hacer Villeneuve. Sin duda, una de las mejores películas de 2017.
Nota: 9/10
