viernes, 28 de julio de 2017

DUNKERQUE

Película dirigida por Christopher Nolan automáticamente se convierte en obra maestra, y no es de menos esperar que Dunkerque lo sea y, es más, se merezca el Oscar. ¡El Oscar! Bien, pues ni de lejos es la mejor película de Nolan y mucho menos se merece el Oscar, pero sí que es digna de verse en pantalla grande; al fin y al cabo el cine es creado para ese fin, ¿no?

Vale. Película bélica basada en hechos completamente históricos. ¿Y por eso nos tiene que gustar y/o emocionar sí o sí? Lo siento Nolan, pero encuentro que has matado, por así decirlo, tu propia película. Reconozco que estoy acostumbrado a una larga duración en la filmografía de Nolan, pero 107 minutos es demasiado poco tiempo para contar unos hechos verídicos de la manera en la que está contada, eso para empezar. Con el poco metraje que tiene asfixia la cinta, sin dejar coger respiración para que no se atropelle a sí misma. En cuanto al guión, como he dicho con la duración, se atropella y confunde, dando paso a un sinfín de situaciones bélicas en los que te pierdes fácil y rápidamente. Eso sí, Dunkerque se nota que tiene el sello Nolan, pues la dirección está detallada, junto a la fotografía, dando placer visual a la vista (sin duda, la fotografía es espectacular, cuidada y fiel al entorno, completamente disfrutable).

Hans Zimmer compone una banda sonora que se tira por lo fácil, aún captando la atención y marcando el ritmo de avance del film. No es un trabajo que vaya a recordar, pero al menos sé que será de lo poco que me vuelva a gustar de esta película. Y sí, por si os lo preguntabais, el montaje es completamente alucinante. Marca unos cambios bruscos en el sonido completamente necesarios para trasladarnos a la guerra. Todo muy Nolan.

Otro de los aspectos del guión son los personajes, que no están para nada definidos pero se entiende lo que quieren: sobrevivir. Un numeroso repertorio de nombres acompañan a Dunkerque, como el de Harry Styles o el de Tom Hardy, aunque los actores no tienen tiempo de lucirse, solo Hardy se come completamente la pantalla.

Ni de broma la mejor de Nolan, pero sí de las que se deberían ver en pantalla grande por narices por la experiencia cinematográfica, por el montaje, el sonido... Eso sí, vacía y sin alma, este producto de la marca Nolan no acaba de aportar mucho, y no solo eso, mata al film con su corta duración y por la falta de trascendencia que tienen las películas de este hombre. A veces no hay que saturar con lo bélico para contar la guerra.

Nota: 7'5/10

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