sábado, 30 de diciembre de 2017

EL GRAN SHOWMAN

El musical que Hugh Jackman ha tardado siete años en llevar a la gran pantalla al fin ha llegado. Y que pedazo musical, debo añadir.

Para empezar, El gran showman no es del todo el típico musical de tres al cuarto al que estamos acostumbrados (como nos vendieron en La ciudad de las estrellas (La La Land) por ejemplo). Es un musical que cuida todos sus detalles, que celebra el espectáculo y lo bizarro que ahí se esconden. Es para mí un verdadero honor decir que estamos ante el mayor espectáculo de la tierra y que, aunque parezca la típica historia que siempre se cuenta, es en realidad el biopic sobre P. T. Barnum, quien hizo realidad todo lo que vemos en la cinta (aunque aquí parezca exagerado, nadie estaba ahí, ¿a qué no?). Partiendo de esa premisa, tenemos un estupendo desarrollo de la historia y los acontecimientos, a base de unas canciones mortalmente estupendas y realmente disfrutables y bailables que aportan muchísimo al avance; los personajes tienen vida y entusiasmo, te pones en su piel y vives su dolor y tormento, su alegría y ganas de comerse el mundo. Tienen mucha química y no está para nada forzada la relación entre los personajes de Efron y Zendaya. Y que decir del grandioso Hugh Jackman, que con su carisma dota al personaje de personalidad propia. Michelle Williams y Rebecca Ferguson están más que correctas. Zac Efron ha dado el paso y ha dejado atrás su vida musical de High School Musical y ha madurado, convirtiéndose en un cantante de cine, como debe ser.

Aunque, sí que es cierto, le falta metraje y con un poco más de duración habría sido perfecta y se habría alzado como uno de los mejores musicales de la década, y se echa en falta un poco más de desarrollo de los personajes, profundizar mucho más en ellos. Aquí solo rascan la superficie, pero basta para que nos encariñemos con ellos.

Tiene una fotografía aduladora y encantadora, nos lleva a su terreno y nos sorprende cada minuto con lo imposible, haciéndolo real. Fotografía a fotografía, paso a paso, un musical viene haciéndose real y pisando fuerte, que cuenta con una dirección correcta, nada del otro mundo. La banda sonora que se oye de fondo no son más que los extractos de sus canciones, perfectamente orquestadas y sencillamente mágicas. Los decorados usados aquí son magníficos, un circo en toda regla.

Aunque muchos la tachen de típica, El gran showman innova en el género musical, ahí aporta frescura y una increíble banda sonora; también le da mucha vida al cine y hará que salgas del cine bailando y cantando. Una de las mejores apuestas del año, de eso no cabe duda, decepcionará a más de uno porque "es lo mismo" pero, ¿acaso La ciudad de las estrellas (La La Land) no es más de lo mismo?

"El arte más noble es el de hacer felices a los demás".

Nota: 9/10

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