viernes, 15 de diciembre de 2017

STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI

Al fin llega la continuación de la saga galáctica más famosa del cine: Star Wars: Los Últimos Jedi.

Partimos de la base de que continúa tras los acontecimientos ocurridos en el episodio VII. Todo está en juego y solo su director, Rian Johnson, ha sabido contar esta historia que supone un soplo de aire fresco para la saga. Obtenemos resultados fenomenales al ver que el desarrollo de los personajes en esta entrega es gigantesco y llevado a cabo con una técnica basada en el dolor y el sufrimiento, cosa que, aunque se veía anteriormente, aquí se lleva de una forma elegante y formal, haciéndonos admirar aún más el asunto. Rey (Daisy Ridley), personaje que no me acabó de convencer, en esta entrega la admiro, pues su evolución es tal que hasta siento todo lo que ha vivido, al igual que Kylo Ren/Ben Solo (Adam Driver), que quien fuera interesante, en esta descubrimos una brutal y fuerte evolución que determina el futuro incierto de esta saga. Y no solo eso: Luke Skywalker y Leia Organa (Mark Hamill y Carrie Fisher), quienes no aparecen en toda la cinta, forman parte de todas las situaciones más increíbles y formidables de la película. Con nuevas incorporaciones y ya conocidos, el desarrollo de la película es de ritmo frenético, sin dar un solo respiro para que podamos vivir al límite cada momento que se nos otorga.

A cada momento de tensión, a cada escena aue vemos, si estamos en la isla de Luke, entonces encontraremos al mayor grupo de alivio cómico y de ternura: los Porgs. Estos seres, aunque no aportan nada importante, ceden momentos graciosos que no le viene nada mal a la cinta. Es cierto que a veces hasta abusa de comedia, pero sin duda ofrece esa esencia que recuerda con ternura y risas a los Ewoks. El guión, sin duda, desarrollado con una imponente brutalidad y llevado todo al extremo, es algo impactante que hayamos recibido así de golpe este octavo episodio.

La fotografía y la banda sonora lo destaco como lo más espectacular e increíble, se compenetran realmente bien y de manera exitosa. Los efectos especiales son apabullantes, acompañan de manera enérgica la maravillosa coreografía para las escenas de lucha, también espectaculares y llenas de vida y que tienen ganas de ser mostradas. Al octavo episodio le ha venido muy, pero que muy bien la mano de Rian Johnson y de J. J. Abrams en producción.

No soy un defensor de aquella Star Wars: El despertar de la Fuerza, pero la mano de Abrams en producción le ha sentado muy pero que muy bien. Rian Johnson dirige esta película fresca, original y bien montada. Un soplo de aire fresco para la nueva entrega de la saga galáctica que sorprenderá, porque es arriesgada hasta límites insospechados. Una brutal ejecución de los acontecimientos que dejan paso para el noveno ¿y último? episodio de los Skywalker.

"Somos la chispa que encenderá el fuego que derrotará a la Primera Orden." "Esto no va a ir de la manera que piensas."

Nota: 10/10

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