Si bien no me equivoco, los musicales de Disney han formado parte de nosotros desde su existencia, y nos han propiciado grandes cintas de éxito tal que La Bella y la Bestia, Aladdín o Mulán, que es el caso de esta crítica.
Ya desde el siglo pasado, Disney se ha empezado a encargar de enseñarnos que no son solo los hombres los encargados de todo, sino que también las mujeres, y es por eso que Mulán tiene una de las mejores historias de la factoría, una buena base argumental con canciones que se quedan grabadas en la memoria por mucho tiempo. El guión está desarrollado con total naturalidad, sin que deje nada al azar. Los personajes, aunque muy rápido, son bien desarrollados y pasan una buena evolución que deja buen sabor de boca, como Mushu, el dragón, que tiene un objetivo claro y es consciente de lo que pueda pasar. Ahí está el gran desarrollo.
La animación está cuidada, como si se nos quisiera transportar a una China totalmente elaborada y perfectamente elaborada, al igual que los personajes, bien hechos. La dirección, aunque se nota que a ratos flojea un poco y pierde el norte, es bastante notable aunque, al fin y al cabo, acaba formando parte de nosotros. Otro de sus puntos fuertes es su fantástica banda sonora y sus increíbles canciones que sonará una y otra vez en nosotros. De todas formas, ¿quién no ha visto este encantador y entretenido film?
Aunque flojee a ratos en su dirección, Mulán es sin duda alguna una gran elección y la primera de una larga dinastía de cintas donde las mujeres van a ser independientes y que pueden hacer también lo que un hombre.
Nota: 8'5/10
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